sábado, 12 de diciembre de 2009

LA "JUANA"


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La encontré por casualidad, un caluroso día de Junio , por esos caprichosos "azares" del destino, en un garito, al que jamás se me hubiera ocurrido entrar, a no ser por error, como aquella vez. En busca de una dirección equivocada y de una entrevista de trabajo que prometía poco...a juzgar por el mal comienzo, me atreví a preguntar allí. Era el único local a bierto a las 4 de la tarde, y con un sol de justicia.
Un par de hastiados borrachos somnolientos dormitaban en la barra, mientras yo me pedía una cocacola bien fria y me sentaba a descansar algo, después de comprobar que se habían equivocado en darme aquellas señas . Un par de mesas más allá me observaba aquella mujer, ya entrada en años.., yo creo que no cumplía ya los 70, mientras sostenía un whisky en una mano y en la otra un gastado habano. Sobre la mesa un bolígrafo y un cuaderno viejo de crucigramas.

"La Juana", que así supe después que se llamaba, parecía sacada de un cuento de Cela, o de un escritor de la España surrealista . Enfundada en una estrecha camiseta roja, y una falda bastante corta, dejaba ver casi todos sus enormes pechos de piel morenísima, ajados ya por el tiempo , y por quien sabe cuantas visicitudes más.... unos pendientes de aro dorados y zapatos de tacón de aguja terminaban de vestirla, en unos pies hinchados y casi heridos.
Se me acercó y se sentó en mi mesa ; había oído mi lamentable conversación con el camarero, y sin pensarlo dos veces me dijo que yo le daba "buenas vibraciones" , y que me iba a ayudar. Ni que decir tiene que por mi cabeza pasaron infinidad de razonamientos por los cuales aquella mujer podría ayudarme .... y ninguno bueno.....Pero así y todo la escuché, tampoco había nada que perder...a esas alturas...
Me contó media vida suya . Medio cubana, medio española, había vivido en París, La Habana, y hasta un "memorable otoño en Singapur", decía. Me hablaba sin parar de sus fracasos, sus aventuras, sus desamores con algunos hombres, y sus alegrias con muchos también... ; y todo con una naturalidad y un lenguaje casi obsceno , que me tenían absorta en lo que decía, he de confesarlo.
Pero en toda su vorágine de sucesos , había solo una cosa que había conservado durante 40 años, : su empleo... Era enfermera, si , aunque era lo último que imaginaba....lo era, y en un importante centro privado de la ciudad .
Al rato ya me inspiraba cierta ternura, .. y terminé, no sé ni como, dandole mi teléfono , pues se empeñó en que podía ayudarme, y que además lo haría. Y al irme, le dije adios con el convencimiento de que había hecho el idiota, y que me estaba bien merecido,si me metia en un lio.
Al dia siguiente recibí a primera hora una llamada del director de Recursos Humanos de aquel hospital...Me tendrian en cuenta para una posible entrevista en Septiembre.
Nunca mas supe nada de la Juana.

4 Agosto de 2008

2 comentarios:

Carmen dijo...

una anecdota la de juana super peculiar, me gusta mucho tu blog

E.Maria dijo...

Así es, y así exactamente ocurrió. Gracias por tu visita. Saludos.