miércoles, 31 de julio de 2013

La Conquista de la Nada

He estado viendo  antiguas fotos  de lugares  y gente anónima .  Madrid, Sevilla, Valencia Barcelona ...Y luego instintivamente me detuve a pensar en que todas esas personas que sonreían, que jugaban, posaban junto a las fuentes, los árboles, las plazuelas, están hoy enterrados en cementerios.
 Cuerpos que en su día  fueron carne viva,  cruzada de savia e ideales,  mediocridades y talentos ;  buenos y malos; justos e injustos, …. hoy son  polvo. Todo ha pasado. Ya no hay sino la nada.

Después me sitúo en la edad moderna, en el ahora, en las  ciudades. Con sus coches, con su capa de contaminación, con el humo penetrando en los pulmones y los parques desaparecidos. Pienso en los edificios que perduran,  y que han visto pasar a tantas caras . También en los que, derrumbados, han escapado a la memoria…, en los plásticos, los cementos,  en las gentes, en las prisas, en las máquinas y móviles….Pienso en la hipocresía, en la injusticia,  en la presión que invade las cabezas, en la falta de solidaridad, en los coches cargados de egoísmo que suenan sus cláxones, como si fuesen pitos enfadados prestos a engullir a sus víctimas viandantes. Pienso en la depresión, en la apatía, en el robo, en el descaro, en el progreso decadente que nos atenaza…Y luego miro de nuevo esas viejas fotos, esos rostros cargados de orgullo que se preparaban al pulsar del botón y la señal del fotógrafo súbitamente aparecido.
Nos creemos personajes y no somos nada. Dejamos pasar el tiempo sin apenas distinguir entre lo superfluo, lo vanal, o lo importante.
Somos fuego, a menudo cubiertos de fantasmas, revestidos de artificialidad y aspirando toneladas de cáncer enlatado. ¿Y el instante del respirar, el contacto de la piel, la autenticidad del momento?, ¿dónde se ha quedado todo eso si es que alguna vez estuvo en algún lugar?
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